En el post de hoy vamos a centrarnos en los cuidados de la dieffembachia, una espectacular planta de enormes hojas y aspecto tropical, comúnmente empleada para interiores y con la que conseguirás un increíble efecto estético y decorativo.
Dieffembachia: Descripción, cultivo y cuidados
De la familia dieffembachia y del género araceae, esta bella especie proviene de América central y América del sur. Cuenta con hojas de gran tamaño, en forma de óvalo acabado en pico. A diferencia de otras plantas, las hojas no salen directamente del tallo, sino que se unen a él mediante un pequeño apéndice llamado pecíolo. La superficie de sus hojas, que suele ser de un verde intenso, va recorrida por un veteado de tonos blanquecinos o amarillentos. Sus formas difieren, a veces de forma bastante evidente, en función de la variedad.
Existen aproximadamente unas 30 especies de diefembachia. Entre ellas destacan dos: la seguine, originaria de Brasil, de formas ovaladas con vetas blanquecinas y un verde tenue que va adquiriendo mayor intensidad hacia los bordes, y la amoena, proveniente de Colombia, con un aspecto más robusto, tallo más firme que la anterior y grandes pecíolos de los que parten venas de tonalidades amarillas.
La dieffembachia, al contrario de lo que podríamos pensar teniendo en cuenta su tamaño y características, no requiere una cantidad desmesurada de mimos ni atenciones. Le basta con una serie de cuidados básicos para lucir sana y bonita. Aquí tienes algunos consejos prácticos con los que tu dieffembachia se convertirá en la protagonista indiscutible de tu hogar.
Cómo cultivar la dieffembachia
- Ubicación
Al ser una variedad tropical, la dieffembachia prefiere mantenerse los lugares de semisombra, sin incidencia del sol directo. Para que su penacho de hojas mantenga la forma homogénea, conviene ir girándola de vez en cuando, a fin de que reciba la luz por igual en todas sus partes.
- Suelo
Para el suelo, lo más recomendable es utilizar un medio orgánico suelto y fértil. Puede ser únicamente turba, o mezclas de turba con perlita/tierra a partes iguales. Lo que buscamos es conseguir un buen drenaje y una alta capacidad para retener el agua de riego.
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- Luz
Tolera zonas más o menos sombreadas, siempre que se encuentren en un ambiente luminoso y con buena claridad. Nunca exponerla directamente a los rayos del sol, ya que estos podrían quemarla. Cuanta mayor sea la luminosidad, el veteado de su superficie será más intenso y de mayor tamaño.
- Temperatura
Al provenir de zonas tropicales, está acostumbrada a temperaturas cálidas. Lo ideal será mantenerla entre los 15 y los 30 grados. Evitar a toda costa tanto el aire frío como las bajas temperaturas.
Cuidados generales
La dieffembachia es una de las plantas más habituales en nuestros hogares, gracias sobre todo a su alto poder ornamental. Sus bonitas hojas, se adaptan perfectamente a lugares de interior… y son altamente tóxicas para humanos y mascotas.
- Riegos
El agua y la humedad son imprescindibles para un correcto desarrollo. El suelo de la dieffembachia ha de estar permanentemente húmedo. Comprobaremos el estado de la tierra y, si lo notamos seco, habrá que proporcionarle la dosis de agua correspondiente. Pero ¡cuidado! ya que un encharcamiento excesivo podría provocar que las raíces se pudran. Al igual que las raíces quieren un suelo mojado, las hojas también requieren una alta humedad. Con pulverizar de vez en cuanto sobre la superficie, será suficiente.
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- Fertilizantes y abonos
En este caso, lo idóneo es diluir abonos líquidos en el agua utilizada para el riego. La fertilización se realiza en dos etapas: de abril a septiembre, tiempo en el que se aconseja su suministro cada 15 días; y de octubre a marzo, cuando bastará con administrarlo una vez al mes. Según los especialistas, lo ideal es que contenga 10 partes de nitrógeno, 1 de fósforo y 6 de potasio.
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- Trasplante
El momento del trasplante será cuando la maceta se quede pequeña para acoger las raíces de la planta. En cualquier caso, a los 2 o 3 años conviene trasplantar de todas formas para poder así eliminar la tierra vieja. El momento perfecto para el trasplante es durante el inicio de la primavera. En esta etapa, aunque no vayas a efectuar el trasvase, sí es conveniente remplazar las capas superficiales por tierra nueva.
- Plagas
La cochinilla es uno de los peores enemigos de esta planta. Produce en la superficie de las hojas unas manchas de color blanco que las dañan y debilitan. La presencia de esta plaga es fácil de detectar ya que suele ir acompañada de un recubrimiento similar al algodón. Si se detecta su presencia, se pueden eliminar de forma manual, lavándola con una pequeña esponja y jabón de ph neutro. Si tienes alguna planta de buen tamaño en el exterior, puedes utilizar algún producto químico concreto.
Otra de las plagas que atacan a esta planta es la arañuela o araña roja, que produce un característico tono amarillento en las hojas y pueden provocar su caída. Esta plaga suele ser debida a la sequedad, por lo que para solventar el problema será necesario aumentar el nivel de humedad. Al igual que en el caso anterior, la araña roja puede eliminarse de forma manual, y sólo en casos extremos, recurrir a los productos químicos.
- Poda
No es habitual podar la dieffembachia. Como en cualquier otra planta, es recomendable eliminar las hojas más secas para no facilitar la infestación por parásitos.
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- Otros
Hay que tener en cuenta que la savia de esta planta posee unos pequeños cristales de calcio en sus células que la convierten en tóxica para personas y animales. Por ello se recomienda manipularla siempre con guantes y mantenerla alejada de los niños y mascotas domésticas.
Deseamos que este artículo sobre los cuidados y cultivo de la dieffembachia te resulte de utilidad para que le des todos los cuidados que precisa y puedas disfrutar de su hermosura y vistosidad.
¡Colócala en tus sitios favoritos y verás cómo realza al instante cada rincón de tu hogar!