Consejos para recuperar una planta con exceso de agua

Si bien es más fácil rescatar una planta por falta de riego, es posible recuperar una planta con exceso de agua si sigues nuestros consejos.

Consejos para recuperar una planta con exceso de agua

Uno de los puntos claves para la supervivencia de una planta radica en la cantidad y frecuencia de riego. Encontrar ese punto medio, ese equilibrio perfecto que responda a las necesidades de la planta y los factores medioambientales suele ser uno de los aspectos más delicados y difíciles para quienes se inician en este maravilloso mundo de las plantas. Todos pasamos por ese rito de pasaje de regar tan poco o tanto que la planta termina en el otro plano de la existencia.

También es típico que, apenas vemos que la pobre planta está al borde de la muerte por motivos relacionados al riego, decidamos tirarla a la basura y la verdad es que existe una posibilidad de salvarla. Si bien es más fácil rescatar una planta por falta de riego, es posible recuperar una planta con exceso de agua si sigues nuestros consejos.

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¿Cómo saber si has regado en exceso?

Existen formas de detectar si se te ha ido la mano con la regadera sin esperar a que la planta esté en las últimas, y es que cuando se trata de recuperar una planta con exceso de agua el tiempo es un factor clave, pues si esperas demasiado las consecuencias serán devastadoras. Abre los ojos y presta atención a las siguientes señales:

-Tu planta no crece. No hay brotes nuevos, más bien parece que está más rala o enferma.

- La planta luce débil, enferma, no está erguida y guapa. Pareciera marchita, pero el sustrato está húmedo.

- Las hojas se tornan amarillas. Pero presta atención también a la textura, pues la falta de riego también altera el color de las hojas pero las pone secas y crujientes. Cuando se trata de exceso de riego la hoja está más bien hinchada, amarillo pálido y suave.

- Las hojas inferiores son las primeras afectadas, cambian de color a amarillo y lucen decaídas.

- El tallo empieza a estrecharse desde la base, se va adelgazando, casi como si quisiera cortar la parte superior de la planta.

- Pérdida de hojas y flores. El exceso de agua afecta los procesos de crecimiento de la planta, así que comenzarán a caer las flores.

- Ves raíces superficiales, casi saliendo del sustrato, tratando de escapar del exceso de agua.

- Las hojas y/o frutos lucen llenas de pequeñas ampollas o verrugas extrañas. Esto se conoce como edema y ocurre porque la planta tiene tanta agua que busca deshacerse de ella por cualquier medio.

- Presencia de moscas o mosquitos. Esto ocurre porque se forman charcos en el sustrato, lo que la hace el hogar perfecto para las larvas de estos bichos.

- Toca el sustrato. Se sentirá mojado, encharcado, muy compacto casi como barro. En ocasiones, la parte superior puede lucir verdosa. No te limites a la parte superior, revisa muy bien la parte más profunda de la maceta o sustrato. Puedes valerte de un palillo de madera o cavar un poco con una palita.

Te parecerá que los síntomas de una planta con exceso de agua se parecen demasiado a los de una planta a la que le falta riego. Y es precisamente este detalle lo que hace que muchas personas vuelvan a regar, creyendo que así podrán recuperar la planta. La causa de esto no es casual, pues tanto el exceso como la falta de agua traen más o menos la misma consecuencia: la falta de oxígeno y nutrientes.

En el caso de una planta seca, esto ocurre por la falta de agua pero con el exceso de riego se encharca el sustrato, compactándalo. Esto evita el intercambio adecuado de gases a nivel de raíces, no la deja respirar; además al estar ahogadas, las raíces no son capaces de absorber de forma adecuada los nutrientes; que tampoco están en las concentraciones adecuadas en el sustrato pues son lavados por el riego exagerado, así que termina asfixiada y muere.

La asfixia radicular no es la única consecuencia negativa del exceso de riego, sino que además esta humedad exagerada hace que la planta se convierta en el ambiente ideal para el crecimiento y desarrollo de hongos, que se propagarán por las raíces de la planta y la llevará a una muerte segura. Por esto es que resulta fundamental hacer un diagnóstico adecuado, para lo que debes conocer las necesidades de la planta y tus hábitos, además de observar con atención tu planta en busca de los síntomas delatores que ya describimos.

Consejos para recuperar tu planta con exceso de agua

Es mucho más sencillo recuperar una planta que se ha dejado secar que una que se ha regado en exceso y es que el riego exagerado causa daños que se hacen visibles cuando ya es demasiado tarde. Recuerda: el secreto del éxito de estos consejos radica en la detección temprana de la planta que ha sido regada en exceso. No te desanimes y vamos a intentar recuperarla.

- Evita exponerla al sol

Ya se que el primer impulso al ver la planta y el sustrato encharcado es ponerla a pleno sol, para que vaya secando la tierra pero esto es perjudicial y terminará matando tu planta. El problema es que la planta, sus tallos y hojas, no han podido absorber humedad, nutrientes ni oxígeno de forma adecuada por el exceso de agua. Por esta razón están más débiles que de costumbre y está vulnerable, si la dejas a pleno sol se secará más rápido y morirá. Colócala en semi sombra o bajo techo en un lugar iluminado.

- Extrae la planta de la maceta

Necesitas retirar la planta de esa maceta, trata de soltar el sustrato golpeando con suavidad los lados de la maceta en el suelo. Voltea mientras sostienes con la palma de tu mano la parte superior de la planta, para que la gravedad haga su efecto. El objetivo es sacarla sin hacerle daño a las raíces vulnerables.

- Retira el sustrato encharcado

Hay quienes dejan la planta en un lugar seguro con todo y sustrato para que se seque por unas horas o durante la noche. Esto me parece riesgoso, por lo que prefiero quitar el sustrato mojado. Esto lo hago con cuidado, coloco la planta con el cepellón sobre un periódico o manta para plantar y voy retirando delicadamente con las manos la tierra de las raíces. Esto se hace en un lugar con sombra, para evitar que el sol dañe las raíces. Este sustrato se puede dejar secar, siempre y cuando no haya hongos. Por seguridad es mejor desecharlo.

- Revisa las raíces

Es hora de ponerse las gafas y ver con atención cuál es el estado de las raíces. El color debe ser blanco, deberían lucir fuertes, más o menos gruesas y con un grosor uniforme. Si ves que están negras u oscuras, que se han adelgazado, tienen un olor a podrido o si las tocas y se deshacen como un papel dejado en el agua, puede que sea muy tarde. Si la mayoría de las raíces o la raíz principal luce sana y las demás están oscuras y débiles, recortalas y deja sólo las blancas. No te preocupes, las raíces pueden volver a crecer.

- Aplica un poco de fungicida

Quizá veas que las raíces lucen sanas y guapas, pero los hongos son unos enemigos silenciosos en sus primeras etapas. No te confíes ni le dejes esto al azar: aplica un poquito de fungicida de manera preventiva. Este puedes aplicarlo directo en las raíces para que puedas eliminar a estos molestos visitantes, en caso de que estén presentes. Esto también es una forma de prevenir otro tipo de ataques y fortalecerás a la planta, que necesita un poco de ayuda para volver a empezar.

- Trasplanta a un nuevo hogar

Al igual que una persona que sufre en un lugar tóxico, tu planta necesita comenzar una nueva vida, lejos de ese ambiente que estaba dañándole. Puedes reutilizar la maceta que tenía, pero por favor lava muy bien con un poco de lejía para matar cualquier hongo que pudiera tener, recuerda enjuagar perfectamente. Luego verifica agujeros de drenaje, coloca una capa de grava y llena con nuevo sustrato, adecuado a la especie. Tu planta agradecerá ese cambio a un sustrato aireado, suelto y con más nutrientes. No vayas a abonar la planta, este no es el momento pues está sensible y el fertilizante puede quemar las raíces.

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- Espera para poder regar

Es mejor que tu planta nueva se seque un poquito en vez de volver a ahogarla. Espera algunos días, revisa que la capa superficial del sustrato esté seca y riega de forma adecuada. Si ves que está un poco deshidratada puedes pulverizar un poco. Recuerda no exponer tu planta al sol hasta que la veas recuperada, con brotes nuevos. Este será el indicativo de que lo peor ha pasado y puedes continuar con el ciclo de fertilizante, como de costumbre.

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- Conoce tus plantas

Nunca tienes demasiado conocimiento. Lee, investiga y pregunta lo que necesites acerca de la especie de tu planta. Si no eres muy adepto a leer y esas cosas, siempre puedes echar mano de la guía rápida que te entregamos con cada planta. En Be Green nos encargamos de hacerte las cosas sencillas, así que te facilitamos una guía con los requerimientos de riego de la especie. Hay plantas que debes dejar secar entre riegos, mientras que otras prefieren tener el sustrato con cierto nivel de humedad y si las dejas secar, pueden afectarse.

- Ajusta patrones de riego

Digamos que has leído que esa especie de planta debe regarse 2 veces a la semana, pero esto no es una verdad universal, pues estos parámetros deben ajustarse a los factores ambientales y la estación. Si estás en un lugar muy caluroso, si le da el sol directo a la planta o si es verano lo más probable es que tengas que regar más de lo recomendado, pero si el clima está fresco o es invierno, debes regar menos. No te confíes, revisa tu planta antes de regar.

- Ensuciate las manos

La mejor forma de saber si tu planta necesita agua es tocar el sustrato. Puedes usar los dedos, toca los primeros centímetros de la tierra. Si está muy seca, es hora de regar. Yo prefiero usar un palito de madera (los palillos de madera desechable del sushi van muy bien), lo clavo en la tierra bien profundo. Si sale con sustrato adherido, espero un poco para regar, si sale limpio voy a por la regadera.

- Confía en la tecnología

Si esto de ensuciarte las manos no te va y se te olvida cómo regar cada especie, siempre puedes aprovechar la tecnología. Puedes hacerte con un detector de humedad. Estos aparatos son una maravilla: sólo lo clavas en el sustrato y dejas que mida, te dirá si le hace falta agua o no. Son infalibles.

- Usa sistemas de autoriego

Un sistema de autoriego puede ser útil no sólo para las personas que viajan o son distraídas, sino que puede ayudarte a mantener un nivel de riego adecuado, pues la planta irá tomando lo que necesita por si misma y tú solo debes ocuparte de mantenerlo lleno. Esto es muy práctico para las macetas y plantas que requieren niveles de humedad constantes, por lo que resulta complicado encontrar ese equilibrio.

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- Verifica el drenaje de las plantas

Antes de trasplantar una planta, revisa siempre los agujeros de drenaje y poner en el fondo algo que ayude a eliminar el exceso de agua. Yo uso guijarros o pedacitos de poliexpán, pero también puede ser arcilla expandida y otros materiales. Recuerda revisar cada cierto tiempo el drenaje de todas las macetas, si puedes usa un palillo para empujar hacia arriba cualquier cosa que pueda obstruirlos. También debes tener cuidado con los platitos de recoger el agua del riego, porque si quedan llenos, quedan en contacto con las raíces de la planta y las pudren. Coloca piedrecillas en los platitos y evita cualquier riesgo.

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