Las Alocasias son un tipo de plantas que gustan muchísimo. Hay algo muy atrayente en sus hojas brillantes y grandes, que evoca calor tropical, selva pletóricas y naturaleza generosa. Son muy resistentes y fáciles de cuidar, por lo que son ideales para convertir tu hogar en una sucursal de la selva tropical con rapidez, pues crecen mucho en poco tiempo y hay muchísimas variedades. Una de las más guapas es la Alocasia Cucullata, que se distingue por sus hojas verdes, con nervaduras marcadas y forma de corazón. Con esta guía de cuidados de la Alocasia Cucullata podrás sumarla a tu colección.
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Datos interesantes sobre la Alocasia Cucullata
- Es originaria de los bosques lluviosos tropicales del Sureste asiático y del Este de Australia. Es una planta muy común en Borneo. Pertenece a la familia de las Aráceas, y es posible que conozcas a varias de sus primas: calas, filodendros, Anturios y por supuesto, otras alocasias como la Amazónica.
- En su hábitat natural la Alocasia Cucullata puede alcanzar una altura de hasta 4 metros, pero no te preocupes que en el interior de tu hogar no crecerá tanto, pues la maceta contendrá su poder, permitiéndole apenas superar los 50 cm de altura hasta llegar a un metro, como máximo.
- Cuando se riega en exceso, esta alocasia tomará ese exceso de humedad y lo transpirará por el borde de hojas y tallos, en forma de gotas un poco más espesas. Este fenómeno se conoce como “gutación”. Debes tener precaución porque este líquido puede ser irritante para la piel. La gutación se reduce cuando deja de regar en exceso la planta.
- A esta planta le encanta la luz, por lo que si está muy lejos de los rayos del sol, sus hojas crecerán estirándose hacia la luz. Gira de vez en cuando su maceta para que crezca equilibrada.
- Las Alocasias pasan por un periodo de reposo en invierno, en el que pueden perder algunas hojas. No te alarmes, solo reduce el riego y fertiliza cuando empiece la época de crecimiento.
- Ponle atención a la hojas. Si se ponen amarillas, es porque le falta agua. En caso que se pongan de color café y se marchitan, es porque le está dando luz directa del sol.
- Las Alocasia Cucullatas no son aptas para hogares con mascotas curiosas que muerden las plantas, pues son más bien tóxicas. Déjalas fuera del alcance de niños y animales.
Cuidados de la Alocasia Cucullata
Iluminación y temperatura
A la Alocasia Cucullata le gusta la luz, pero puede desarrollarse bastante bien en semi- sombra. Lo más importante es que no sea alcanzada por los rayos directos del sol, pues pueden quemar sus hojas, como ocurre con las plantas originarias de los bosques tropicales.
Por su hábitat natural, esta planta prefiere las altas temperaturas. Lo ideal es mantenerla entre los 18 a 22° C. Nunca debe estar en un lugar con una temperatura inferior a los 10°C, por lo que debes resguardarla dentro de casa en invierno.
Riego y Humedad
Debes regar esta planta con la frecuencia suficiente para mantener la tierra húmeda, pero nunca encharcada, la clave está en la frecuencia más que en la cantidad de agua que le pongas. No permitas que el sustrato se seque demasiado. Si te pasas de riego, verás que comienza a excretar el exceso de agua y deberás reducir el riego, pero no tiene el riesgo de la pudrición de raíces.
La Alocasia Cucullata requiere niveles elevados de humedad, así que puedes ponerla con otras plantas tropicales para que se mantenga equilibrada. Hay quienes la ponen con una Monstera o con otras Alocasia. También puedes colocarla sobre una bandeja con guijarros y agua (pero que no toque las raíces) para que la humedad vaya a la planta a medida que se vaya evaporando. No olvides rociarla con un poco de agua durante la semana para garantizar su felicidad.
Sustrato y Fertilización
Esta planta no es demasiado exigente con el sustrato que empleas. Puedes usar un sustrato universal y un abono líquido apenas comienza la primavera y mantener el ciclo de abono hasta el verano, que es su época de crecimiento. Esto, acompañado de un riego constante y adecuado, garantizará que tu planta crezca y adquiera un follaje exuberante.
Puedes hacer trasplantes cada 2 años o cuando veas que es necesario porque las raíces han rebosado la maceta. Recuerda que el tamaño de la maceta será el que determine el tamaño final de tu Alocasia Cucullata, así que puedes hacer cambios cada año si quieres que crezca más y con rapidez.