Macetas: todo lo que debes saber
Las macetas de tus plantas son su hogar. Dentro de la maceta está el sustrato, de donde obtiene agua y nutrientes para crecer y desarrollarse, así que no son una elección trivial, pues de ello dependerán muchos factores que pueden contribuir (o retrasar) el correcto desarrollo de tus plantas.

Las macetas de tus plantas son su hogar. Dentro de la maceta está el sustrato, de donde obtiene agua y nutrientes para crecer y desarrollarse, así que no son una elección trivial, pues de ello dependerán muchos factores que pueden contribuir (o retrasar) el correcto desarrollo de tus plantas.
No entres en pánico, que estamos aquí para enseñarte todo lo que debes saber sobre macetas y cómo escoger la perfecta para tu plantita.
El tamaño si que importa
En primer lugar vamos a hablar del diámetro de la maceta. ¿Recuerdas cuando eras un infante y te compraban ropa o zapatos un par de tallas más grandes y era súper incómodo? Algo así ocurre con las plantas. Aquí no vale exagerar, que una maceta gigante no siempre es lo ideal para tu planta, pero el extremo opuesto tampoco es lo ideal.
Una maceta demasiado grande concentra la humedad por mucho tiempo y hará que tu planta sea proclive a encharcarse y sus raíces sufrirán de putrefacción. Si la maceta es demasiado pequeña para la planta tendrá tendencia a voltearse por el peso, además el sustrato se secará demasiado rápido, no tendrá suficiente alimento y las raíces se quedarán muy juntas, afectando su crecimiento.
Lo ideal es que una planta tenga una maceta que tenga entre 5 a 10 cm de diámetro extra respecto a su maceta anterior. Puedes buscar una maceta más grande para aquellas especies que crecen muy rápido, pero no exageres. Otra forma de escoger el tamaño de la maceta es conocer el tamaño final de tu planta según su especie.
Escoge una maceta que tenga la mitad del tamaño final de la planta. Por ejemplo, para plantas que crezcan unos 50 cm de alto, busca macetas de unos 30 cm. Para plantas de un metro, busca una de unos 50 cm de diámetro.
La profundidad de la maceta también es tan importante como el diámetro, pues es el espacio que tendrá la planta para desarrollar sus raíces y determinará su crecimiento en vertical. Hay especies que no tienen raíces demasiado profundas, como los cactus y suculentas, así que puedes plantar en macetas poco profundas. De resto, es mejor buscar macetas profundas. La planta te dirá si es suficiente: en caso de que no lo sea verás que la planta se entorna, despegando el sustrato de la maceta y verás las raíces asomarse.
Presta atención al material
Es posible encontrar macetas de todos los materiales que te puedas imaginar. Desde las típicas del plástico, pasando por la porcelana, el barro y hasta acrílico.
La elección del material no depende sólo de un asunto estético, sino que esto puede influir en los niveles de humedad de tu planta.
Las macetas del plástico tienen sus ventajas. Son económicos, ligeros y duraderos pero también evitan la rápida eliminación del agua del riego. Por esta razón son perfectas para plantas que requieren altos niveles de humedad, pero si están sometidas al sol directo tienen un gran defecto, porque absorben la radiación solar y pueden someter las raíces a altas temperaturas.
Las macetas de barro y terrracota son un poco más pesadas y costosas, pero al ser un material poroso permiten que el agua se evapore con más facilidad. Esto es ideal para plantas que no soportan los encharcamientos y que prefieren un sustrato más bien seco. Has de tener cuidado con ellas en las heladas, pues pueden romperse por los cambios bruscos de temperatura. Las macetas de cerámica no sólo son muy lindas, sino que son un poco menos porosas que el barro y permiten que se conserve la humedad por un poco más de tiempo.
Si lo tuyo es un asunto estético, entonces debes saber que puedes poner a tu planta en la maceta del material que mejor le vaya por sus necesidades de riego pero cubrirla con una maceta decorativa. Existen macetas decorativas que son de formas y materiales muy divertidos pero que no tiene agujeros de drenaje, pues el objetivo es que dentro de ellas coloques otra maceta funcional, un poco más pequeña pero con su drenaje y del material apropiado. Lo genial de las macetas decorativas es que puede variarlas a tu gusto, porque sólo debes mover la maceta interior.
Esto no es negociable: el drenaje
Si bien el tamaño de una maceta, la profundidad y material pueden variar según tus gustos y las necesidades de la especie de planta hay un solo detalle que es universal para todas las macetas: el drenaje. Cada vez que vayas a comprar una maceta nueva para transplantar a tus verdes compañeras, debes chequear que tenga agujeros de drenaje suficientes y amplios. Una maceta sin drenaje es el equivalente del Titanic a cámara lenta para tus plantas: las verás ahogarse muy lentamente.
Un drenaje deficiente contribuye a la putrefacción de las raíces, así que debe tener agujeros que permitan que el agua fluya. Para evitar que se tapen con el sustrato, es recomendable agregar una capa de piedrecillas, rocas de lava o hasta unicel en pedacitos. Esto facilita la eliminación del exceso de agua y mantendrá felices a tus plantas. Si usas macetas decorativas, es bueno que las saques y las dejes drenar después de regar o recuerda vaciar el exceso de agua que pudo quedar atrapado en la maceta decorativa.
Me gusta pensar en las macetas como en los atuendos que pueden usar mis plantas. Y es que pueden convertirse en un complemento decorativo, que no sólo pueden escogerse pensando en colores, sino en materiales, alturas y diseños.
Y no olvides revisar la sección de accesorios de Be.Green, apuesto que encontrarás la maceta perfecta para tu planta y a juego con tu decoración.