La palma de Kentia es una de esas favoritas para entornos cerrados. Se caracteriza por su tallo único, del que se desprenden las frondas, de un hermoso color verde y largas.
En el exterior puede llegar a medir hasta 18 metros, pero en el interior alcanzará una máximo de 2 metros. Pero no te preocupes por eso, porque esta planta es de crecimiento lento. Es tan exuberante, aún cuando está pequeña y no ha desarrollado su tamaño, que queda preciosa y resulta muy decorativa.
Reproducción y crecimiento de la palma de Kentia
Si bien los cuidados de la palma de Kentia son muy sencillos, cultivarlas puede suponer un reto. Esta planta de multiplica por semillas y es de crecimiento lento. De hecho, nada más para germinar tomará unos 3 meses, aproximadamente y una vez han crecido, pueden desarrollar una hoja por mes. Por esta razón conseguir un ejemplar bien desarrollado, de 1,5 metros por ejemplo puede tomar hasta 10 años. Esto hace que el precio de la palma de Kentia sea un poco más elevado.
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Dejando de la lado su crecimiento tan lento, las palmas de Kentia son muy fuertes y pueden seguir desarrollándose aún cuando sus condiciones ambientales no sean perfectas. Si tienes plantas jóvenes de Kentia recuerda mantenerlas alejada del sol directo. Mucho mejor si las ubicas en una zona de sombra, en donde no reciba corrientes de aire heladas. Al provenir de un lugar cálido, no deben ser expuestas a temperaturas inferiores a los 15°C.
Siembra de la palma de Kentia
La mejor época para sembrar la Kentia es en primavera. Al sembrar o trasplantar la palma de Kentia debes tener mucho cuidado, pues sus raíces son delicadas. Si la pones en el suelo, debes abrir un agujero que tenga el doble del tamaño del contenedor para que las raíces tengan espacio. Es necesario plantarla de forma que la parte donde el tallo se encuentra con las raíces quede a nivel del suelo.
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Es imprescindible que el sustrato donde se siembra esté bien drenado. Si la pones en una maceta, debes colocar una capa de grava o guijarros para facilitar el drenaje. Puedes usar una mezcla de compost fibroso, turba y arena o perlita a partes iguales. Recuerda ubicarla donde no le de el sol directo.
Es recomendable trasplantar la palmera de Kentia cada dos años, aproximadamente. Las macetas deben ser profundas para que haya espacio suficiente para las raíces. Puedes hacerlo de febrero a marzo, al comienzo de la primavera, para que tenga tiempo de aclimatarse y crecer antes de la llegada del invierno. Si son pequeñas, puedes plantar varias en la misma maceta para incrementar el efecto frondoso.