Podemos agrupar bajo la palabra cactus una variedad de plantas que tienen algo en común: almacenan grandes cantidades de agua en sus tejidos, lo que les permite adaptarse a ambientes muy secos y de altas temperaturas. El hecho de que estén capacitadas para sobrevivir a estos ambientes agrestes y poco amables las hace muy fáciles de cuidar y mantener en interiores. Si eres de los que tiene mala suerte con las plantas y ha enviado unas cuantas al otro mundo, estas pueden ser las que te permitan salir de esa mala racha. Con su tenacidad y esta guía de cuidado de los cactus lo tienes todo para triunfar.
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Hay cientos de especies de cactus, de diferentes formas y colores, algunos con flores preciosas y estructuras inusuales. Para facilitar su reconocimiento, podríamos dividirlos en dos tipos: cactus del desierto y cactus del bosque o suculentas. Los cactus de desierto son aquellos que han desarrollado espinas o cabellos para defenderse de los animales, mientras que los cactus del bosque provienen de regiones húmedas y tropicales. Un ejemplo es la hermosa Schlumbergera o cactus de navidad, y el epiphyllum o reina de la noche.
Trucos para cuidar cactus
- Riega cuidadosamente, directo sobre el sustrato y evita que las gotas de agua caigan sobre el cactus, pues lo manchará y deteriorará. Poner piedrecillas, algún material decorativo o tierra volcánica sobre el sustrato es una buena idea para evitar que el agua se empoce alrededor de la planta.
- Si bien es cierto que muchos cactus son de ambientes desérticos, a la inmensa mayoría no les gusta el sol directo. Busca un espacio muy iluminado pero donde no reciban los rayos del sol de frente.
- Rota periódicamente tu cactus para que crezcan de forma equilibrada y para que todas sus partes tengan la oportunidad de hacer la fotosíntesis de forma adecuada.
- Usa guantes y delantal cada vez que vayas a manipular tus cactus, aún cuando sus espinas o pelitos no parezcan peligrosos. A veces son fibras minúsculas que no puedes ver a simple vista, pero que se quedan en la piel y ropa, causando molestias todo el día.
- Si se clava en tu piel alguno de estos pelitos o espinas minúsculas que no puedes atrapar con una pinza, utiliza una tarjeta plástica (de crédito, un carnet) y deslízalo haciendo presión sobre la piel en diferentes direcciones. Luego lava tus manos. Otro truco es usar un poco de pegamento blanco escolar, extiende en la zona, deja secar y arranca.
Cómo cuidar tus cactus
Riego
Los cactus y suculentas almacenan agua, pero esto no quiere decir que tengas que regarlo en poca cantidad, lo que se debe espaciar es la frecuencia. Dicho esto, es mejor regar una sola vez de forma abundante, para que el agua llegue a las raíces que hacerlo de forma superficial en varias ocasiones. Lo que va a evitar el encharcamiento de las raíces es la capacidad de drenaje del sustrato.
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La frecuencia de riego se aumentará en primavera (cada 15 días), manteniendo el ritmo de aumento de riegos hasta llegar al verano (cada 8 días). Al final del verano, se debe disminuir la frecuencia de riego hasta el invierno (cada 20 o 30 días), que es el periodo más crítico para la planta. No es tan complicado como parece. Sólo debes regar muy bien tu planta y dejar secar por completo el sustrato antes de volver a regar. ¿Tienes dudas? Déjala secar un poco, es mejor eso a pasarla de riego.
El cactus te dirá todo: si luce de un color vivo, está erguido y bien llenito has encontrado el ritmo perfecto de riego. Si por el contrario luce arrugado, se inclina un poco y parece que le han sacado el aire, le falta agua y está consumiendo sus reservas. Si te ocurre, no te asustes, sólo riega de forma abundante y se recuperará al día siguiente. Un cactus que cambia de color, está aguado y se cae puede estar experimentando pudrición de raíces por exceso de agua. Es hora de cortar algunas secciones para reproducirlo porque puede morir.
Iluminación
A los cactus les gusta la luz brillante y muy abundante, pero pocas veces resisten el sol directo. Como regla general, entre más espinas tengan, mejor resisten el sol. La mayoría de los cactus de bosques o suculentas prefieren estar a la sombra, pues el sol debilita, decolora y quema las hojas. Si no tienes mucha luz natural, ya sea por la temporada o por la ubicación de tu piso, puedes emplear luz artificial.
Sustrato
El sustrato es fundamental para el crecimiento y desarrollo feliz de tu cactus, no porque sean demasiado exigentes a nivel de abonos y nutrientes (todo lo contrario) sino porque debes prestar atención a la capacidad de drenaje del sustrato. Busca mezclas diseñadas especialmente para este tipo de plantas o utiliza uno universal y agrega arena o perlita para incrementar el drenaje.
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En el fondo de la maceta siempre debes colocar algú material para facilitar el drenaje. Usa una buena cantidad de guijarros o trozos de arcilla. Puedes reciclar el poliexpán de empaques y envoltorios, cortándolos en pedazos y colocándolos en el fondo. Es ligero, no se enmohece ni descompone y no puede desarrollar bacterias u otros microorganismos.
Cuando compras tu planta (sobre todo si es a domicilio) puedes ver que el sustrato está compacto, Puedes moverla un poco, pues esto facilita la circulación del aire y mejora el drenaje, evitando la temida pudrición. Yo uso un palito de madera en las macetas pequeñas, pues así no daño las raíces.
Fertilizantes
Una vez al mes, a excepción de invierno, puedes usar un fertilizante balanceado en tus cactus. Si bien ellos pueden vivir en suelos áridos, la adición de abonos y fertilizantes estimulan el crecimiento y la floración.
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Reproducción
Si hay una planta generosa y con mucha voluntad de vivir, son los cactus y suculentas. Puedes reproducirlos a partir de casi cualquier parte de la planta. Si la has tropezado y le has tumbado algunas hojitas o un pedacito, no te preocupes que se convertirán en otra planta. Es muy sencillo: puedes colocarlo en un plato con agua, sumergiendo sólo la punta de la hojita para estimular el nacimiento de raíces. También puedes ponerlo en un matero con un sustrato húmedo, regando como sueles hacer con la planta. En una semanas verás las raíces y primeras hojas.