Tu huerto urbano en casa fácil y accesible
No son pocos los que han sucumbido a esta ola verde que ha convertido las plantas de interior en los protagonistas de la decoración. Ya sea porque han aprendido sus múltiples beneficios o porque ahora hay un poco más de tiempo para cuidarlas, muchos hemos llenado de plantas nuestras vidas. Pero hay otra faceta de este movimiento: la de los huertos urbanos. Se trata de trascender el aspecto estético de las plantas y comenzar a aprovecharlas también por su función. Y es que, aunque no lo creas, es posible cultivar hierbas aromáticas y hasta vegetales en casa. Olvídate de complicaciones, que ahora tener un cultivo urbano es mucho más fácil y accesible que nunca.
¿Por qué tener un huerto en casa?
La primera vez que los huertos urbanos se hicieron populares no fue por gusto sino por necesidad. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando era imposible depender de las importaciones de alimentos, se promovió la creación de los cultivos urbanos, conocidos como Jardines de la Victoria, en Estados Unidos y Reino Unido. Estos pequeños huertos lograron producir hasta el 40% de los vegetales consumidos en Norteamérica.
En países en vías de desarrollo los huertos caseros son primordiales para la obtención de vegetales y frutas que se convierten en parte fundamental de la dieta. De hecho la ONU afirma que uno de los pasos fundamentales para erradicar el hambre en el mundo es abandonar el modelo de producción de alimentos a escala industrial y comenzar a pensar en el desarrollo local, ecológico y sostenible a través de los huertos urbanos.
Si bien nosotros no estamos en la necesidad objetiva de cultivar lo que comemos porque tenemos el privilegio de poder ir al supermercado a buscar lo que queremos, si que resulta una alternativa sostenible y ecológica el poder sembrar y consumir ciertas hierbas o vegetales. Germinar las semillas, cuidar los primeros brotes, ver creer las plantas, cosechar y luego usar en la cocina nos ofrece una forma única de relacionarnos con los alimentos, con lo que comemos. Si estás en una búsqueda de reencontrarte con lo natural, de consumir comida real y reconciliarte con la alimentación, un huerto urbano es justo lo que necesitas.
Beneficios de un huerto urbano
- Promueve una alimentación saludable y natural en toda la familia. Los alimentos cultivados en casa tienen un sabor más delicioso y fresco, así que te sentirás más motivado a incorporarlos en tu dieta.
- Ahorras algo de dinero. Puede que sean unos pocos euros, pero si tienes tu propia planta de albahaca pues ya no debes preocuparte por comprarla para aderezar tus platillos.
- Adquieres nuevos conocimientos acerca de la naturaleza y el ciclo de las plantas. Si tienes niños, esta es la oportunidad perfecta para que absorban de primera mano lecciones importantes acerca de las plantas, en caso contrario tú mismo estarás adquiriendo un conocimiento muy valioso.
- Mejora tu relación con los alimentos. Muchos de los problemas de alimentación actuales (incluyendo los excesos) vienen de una relación alejada con la comida. No estamos involucrados en el proceso de producción y a veces ni de la preparación, así que los percibimos como un objeto de consumo más. Al sembrar y producir algunos vegetales te haces parte del ciclo y te ayudará a sanar ese aspecto, al entenderlo como un proceso.
- Aumentas las zonas verdes. En las ciudades hace falta más verde, así que disponer de una porción de tu terraza, balcón o ventana para tu jardín comestible estás apoyando esta iniciativa.
- Reduces tu huella de carbono. Si hay algo realmente ecológico es el consumo local, y es que no tienes que moverte de casa para consumir tu cosecha.
- Comes orgánico. Sin pesticidas, sin químicos dañinos. Tus verduras estarán libres de cualquier riesgo, más orgánico imposible.
¿Y si no tengo espacio? Huerto urbano en espacios reducidos
Cuando tienes un pequeño patio o jardín es muy fácil pensar y planificar un huerto urbano, pero si vives en un piso en donde hay un balcón minúsculo, una terraza o sólo una ventana no tienes que privarte del gusto de plantar tu jardín comestible, pues hay trucos y estrategias para aprovechar hasta el último rincón para plantar bulbos y semillas.
Enviamos plantas a todas las localidades, puedes ver más opciones aquí.
Dependiendo de lo que tengas en mente y qué tan lejos quieres llevar tu idea del huerto urbano, pero incluso con un metro cuadrado puedes plantar hasta 16 tipos de vegetales, si divides el terreno en pequeños cuadrados y usas estructuras verticales. Quizá no quieras un cultivo tan extensivo, sobre todo si apenas estás empezando en estas lides de los jardines comestibles, pero lo importante es que sepas que el espacio no es una limitación.
Puedes usar macetas colgantes, repisas con jardineras e incluso puedes hacer maceteros reciclados con envases plásticos o cubos. Aquí lo importante es utilizar una maceta adecuada a lo que vayas a sembrar. Un cultivo como tomates, por ejemplo, requiere una maceta mucho más profunda que uno de lechuga, que es una planta que se extiende hacia arriba y no tiene raíces tan profundas. Puedes crear un pequeño huerto de vegetales y/o hierbas prácticamente en cualquier lugar siempre y cuando sigas unas pocas reglas que garantizarán el éxito de tu cosecha.
Qué necesitas para hacer un huerto urbano
Mucho Sol
Todos los vegetales y hierbas requieren al menos 6 horas diarias de sol. Si tienes un espacio donde haya sol directo, ese es el lugar perfecto aunque no hace falta. Lo importante es que haya suficiente luz. EN caso de que no tengas suficiente, pues no te preocupes que la tecnología está para ayudarte, sólo debes hacerte con una lámpara UV y asunto resuelto.
Una fuente de agua
No es imprescindible, pero si que puede facilitar el riego. Igual yo prefiero regar con mimo y no a lo bestia con una manguera, sobre todo si el huerto está en un balcón o ventana. Puedes usar una regadera guapa para darle el agua que tus vegetales necesitan. Todo depende de lo que vayas a cultivar.
Buen sistema de drenaje
Debes saber que vas a regar con regularidad tu pequeño huerto, así que todo debe estar preparado para deshacerse del exceso de agua que saldrá de las macetas. El espacio debería tener una forma de drenar el agua y, en caso contrario, puedes instalar bandejas que retengan esos excesos aunque deberás vaciarlas con regularidad si están en contacto con el fondo de las macetas, pues la humedad acumulada puede afectar las raíces.
Planifica el espacio
Debes planificar qué vas a sembrar, pero sobre todo debes tener en cuenta las condiciones medio ambientales, la temperatura, la época del año, el espacio del que dispones, y prepararte para ello. En la actualidad es fácil conseguir sets completos de cultivo, que resultan perfectos para personas que no tienen mucha experiencia con este tipo de plantas, porque casi siempre son especies de fácil cuidado.
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Busca tus herramientas e insumos
No cometas el mismo error que yo, que me emocioné y compré un montón de semillas y no tenía idea de en dónde o cómo las iba a plantar. Recuerda hacer una lista con todo lo que necesitas, incluye macetas, sustrato, abono orgánico y por supuesto las semillas. No olvides herramientas y elementos como lámparas UV o regaderas.
Semillas
Parece una tontería, pero muchas personas se debaten entre si comprar semillas o usar las que obtienen de los vegetales o frutas. Mi consejo es comprar semillas directamente y es que estas están seleccionadas cuidadosamente para germinar y dar frutos, mientras que si usas las semillas de un tomate, por ejemplo, que has comprado en el supermercado no hay garantía de que broten ni de que tengan la misma calidad que las semillas compradas. Es mejor evitarse el mal rato e ir por lo seguro.
Qué plantar en tu primer huerto
Hierbas aromáticas
Las hierbas aromáticas son perfectas para principiantes, pues puedes tenerlas en cualquier maceta ya que no requieren demasiado sustrato y poco abono. De hecho, la mayoría prefieren los suelos pobres para producir plantas más gustosas. Si eres de los olvidadizos que nunca recuerdan cuando regar, siembra romero, orégano, salvia o tomillo. Si quieres perejil, cilantro, albahaca, menta o hierbabuena tendrás que regar un poco más. La menta y hierbabuena debes plantarlas solas porque son bien invasivas. La albahaca es una anual, que cumple su ciclo y muere; para evitarlo debes cortar las flores apenas comiencen a asomarse. Así la tendrás todo el año. El romero y el orégano son casi inmortales. La camomila prefiere la luz indirecta y riegos frecuentes.
Rábanos
Los rábanos son geniales porque crecen muy rápido. De hecho, apenas siembras las semillas, tardas menos de una semana en ver los primeros brotes. Podrás cosecharlos más o menos en un mes, sabrás cuando hacerlo porque los ves asomar un poco en la tierra. En cuanto al riego, prefieren un riego más o menos frecuente y abono orgánico mezclado en el sustrato. Eso si, requieren sol directo y abundante.
Lechuga
La lechuga, rúgula y hojas similares para ensaladas son fantásticas, pues son un cultivo rápido y no requieren demasiado espacio ni macetas profundas. Puedes tener varias y cortar las hojas a medida que las necesites. Requieren bastante humedad y has de tener cuidado si las tienes a pleno sol, porque se queman fácil si no están bien regadas.
Tomates cherry
Los pequeños tomates si que requieren una maceta un poco más profunda (al menos 20 litros) pero puedes aprovecharla si la combinas con unos rábanos, por ejemplo. Crecen muy rápido, no requieren demasiados cuidados. Hay quienes no usan tutores, pero es posible que los requiera, dependerá del desarrollo de tu planta. El riego es más o menos un par de veces por semana, la tierra debe estar húmeda pero no empapada. Si riegas poco, la piel del tomate sale gruesa y dura así que debes prestar atención a este detalle para obtener frutos gustosos.
Sandía
Aunque no lo creas es posible plantar sandías en macetas con éxito. Es de crecimiento rastrero, así que puedes aprovechar esta característica para convertirla en una trepadora. Requieres una maceta de unos 30 cm de diámetro y 15 cm de profundidad al menos. Puedes enredar sus brotes a medida que crecen en las rejas del balcón, por ejemplo, o ponerle tutores que puedan con el peso de las frutas. Requiere riego medio, fertilizante suave puede estar a pleno sol. Tarda unos 3 meses en completar su ciclo pero vale la pena esperar para cosechar unas sandías deliciosas y muy jugosas.
Zanahoria
Puedes sembrarla todo el año, usando macetas de 2 litros de capacidad que sean más altas que anchas. Allí puedes tener hasta 3 zanahorias. Siembras varias semillas, arrancas los brotes más débiles y deja los 3 más grandes. El sustrato debe ser suelto, fresco y ligero. El riego es moderado, debe tener la tierra siempre húmeda pero sin encharcar. Prefiere el sol abundante y directo. Tardan un poco en crecer, pero te aseguro que nunca comerás una zanahoria más gustosa que una cosechada por ti misma.
Cebollino
Cunde muchísimo, crece por montones y será una adición fantástica a tu cocina. Prefieren los sustratos ricos en materia orgánica y humus. Procura mantenerlos húmedos, aunque no son demasiado exigentes con esto. No requieren macetas profundas pues sus raíces son bien superficiales. Puedes tenerlos en semi sombra. Corta las flores para que se comporte como perenne. Puedes usar sus hojas verdes con regularidad, pues se mantendrán creciendo sin parar.
Pimientos y ajíes
Los pimientos son de mis preferidos, porque no sólo son de fácil cultivo sino que lucen muy monos con sus frutos. Requieren una maceta más o menos grande, de unos 30 cm de diámetro. El riego de los pimientos es más bien frecuente, pues de esto depende la belleza de sus frutos. Necesitan bastante sol, unas 6 horas diarias. Tarda unos 60 a 90 días en producir su primera cosecha. Un consejo: germina primero las semillas antes de ponerlas en la maceta, de este modo podrás escoger las plántulas que luzcan más fuertes y sanas.